Querido cliente: antes de ilustrarte las características de nuestros locales, distinguidos con la marca Capri Gourmet, tengo el gusto de contarte en pocas palabras la historia de una empresa que este año celebra sus cincuenta años de vida.
Una experiencia madurada a lo largo de medio siglo en el ámbito de la hospitalidad, la acogida y la restauración. Un compromiso asumido por mí personalmente en los primeros años, que hoy continúa con la new entry de mis tres hijos y colaboradores: Giuseppe, Mina y Oreste. Jóvenes energías que han enriquecido con su entusiasmo y que, junto a la dirección de Capri Gourmet, se comprometen cotidianamente a mantener ese estilo que yo he querido imprimir a mis locales. Sólo restaurantes de clase, como se lee en nuestro slogan, dirigido a ese turismo organizado al que le gusta visitar la isla y que quiere, ante las tantas bellezas naturales de las que Capri es rica, acercarse y conocer la cocina tradicional local. Este objetivo, estoy seguro, lo conseguimos cada día gracias al compromiso constante de todos nosotros, a nuestros buenos platos, a la belleza de los lugares y a ese clima de exquisita cordialidad que se respira en nuestros restaurantes.
Tres locales de prestigio con un potente receptivo entre Capri y Anacapri, comenzando por el primero de la estirpe, "La Pigna", el restaurante más antiguo de la isla que, con sus 141 años de historia, ha visto pasar a los personajes más famosos del "gotha" internacional, a caballo entre dos siglos, y que sabe mantener alta la tradición, también en los platos de su cocina.
Penúltima perla de este tesoro que recoge las joyas de Capri Gourmet, es el restaurante "Le Terrazze". Como promete su nombre, asegura un panorama de 360º gracias a su posición y a su sala-mirador que abre sus vistas no sólo al panorama de Anacapri, sino también al verde paseo que conduce a Villa Axel Munthe.
La última joya de la Capri Gourmet, es el Restaurante "La Giara", construido en los bajos de un palacete de estilo victoriano de finales del S. XIX, ubicado en el centro histórico de Anacapri, en la Piazza Vittoria, que ofrece cocina capresa y una amplia gama de vinos locales e internacionales. Estos y otros motivos, por tanto, son los elementos que me inducen a invitarte a entrar en estos pequeños templos de la gastronomía. Una invitación que espero sea recogida; en esa ocasión tendré el gusto de conocerte y de darte a conocer a esta Capri, que es siempre una amante generosa: ¡Se ofrece a todos sin reservas!
Gery Gargiulo